Liencres. Piélagos. Cantabria

La casa se asienta en lo alto de una tranquila urbanización en el límite del núcleo urbano de Liencres, en una pequeña parcela con fuerte pendiente hacia norte y vistas hacia los acantilados de Costa Quebrada.

La vivienda se implanta en el centro de la parcela creando a su alrededor terrazas y jardines a distintos niveles que enriquecen y dilatan el espacio interior de la vivienda. El jardín sur, situado en el nivel superior, cuenta con el mejor soleamiento y vistas al mar. El jardín norte, en el nivel más bajo, tiene un carácter más privado y protegido. En el nivel superior se organiza la zona de día relacionada con los principales espacios exteriores: un porche cubierto protegido del viento nordeste, una terraza solárium que sirve a su vez de espacio de recibimiento y una liviana balconada con vistas panorámicas al mar.

El volumen se compone mediante un juego de bandas de piedra caliza Alba que envuelven las grandes superficies acristaladas y paños de piedra desconcertada que dotan al conjunto de calidez. Las fachadas a poniente abren al sol de la tarde y a las vistas mediante grandes cristaleras, mientras que las fachadas a naciente, se cierran para protegerse de la calle.

El salón se configura como el punto neurálgico de la vivienda, aglutinando los recorridos entre los distintos espacios de la casa y ofreciendo vistas singulares de los acantilados. Su cubierta se eleva para para crear un ambiente diferenciado de mayor escala y para introducir el sol de la mañana a través de la grieta que se abre entre los dos niveles.

La doble altura de la escalera, abierta al salón, conecta las dos plantas de la casa de forma natural y directa, al tiempo que introduce luz natural en la planta baja.

El diseño interior de la vivienda es limpio y neutro, buscando ceder todo el protagonismo al paisaje. El envoltorio de paños blancos y de cristal se combina con suelos y muebles de madera que le confieren una calidez serena, propia de la arquitectura nórdica.

MOAH Arquitectos. Estudio de arquitectura e interiorismo

Loredo. Ribamontán al Mar. Cantabria

La casa se asienta en una amplia parcela con una ligera pendiente hacia sur y vistas hacia la cordillera cantábrica.  La casa se implanta en la mitad de la ladera creando dos jardines bien diferenciados: uno a norte, más público, en el que se organizan los recorridos de aproximación, y otro a sur, más privado al que vuelca toda la vivienda.

La fachada se descompone mediante un juego compositivo de bandas de hormigón blanco que fragmentan el volumen y refuerzan el carácter horizontal de la vivienda. Entre las líneas de hormigón se organizan paños de piedra caliza y madera de bambú que confieren al conjunto calidez y riqueza sensorial.

Hacia sur, la casa se asienta sobre un podio protegido del viento nordeste y abierto a las vistas, que quedan reflejadas en la lámina de agua desbordante de la piscina. El vuelo del volumen de planta primera sobre el podio, crea un espacio cubierto que sirve de porche a la vivienda.

La fachada norte es hermética y cerrada para protegerse de la calle, mientras que la fachada sur es permeable y ligera para captar el sol y las vistas. Se adoptan estrategias de arquitectura pasiva, como el vuelo de los aleros que permite proteger los ventanales de la radiación sur o la ubicación de una lámina de agua próxima que refresca el ambiente.

En la planta primera se organizan los dormitorios y una gran terraza cubierta con madera que dota a la vivienda de un espacio exterior de mayor privacidad y aislamiento.

MOAH Arquitectos. Estudio de arquitectura e interiorismo

Güemes. Bareyo. Cantabria

La vivienda está ubicada en un entorno eminentemente rural, junto a una gran plantación de arándano rojo que proporciona un fresco y evocador aroma veraniego.  La casa se implanta en la parte alta de la parcela para captar las mejores vistas y soleamiento.

El exterior se integra con el paisaje y las construcciones del lugar mediante el uso de una geometría sencilla y el empleo de soluciones de la arquitectura vernácula, como la fachada de piedra caliza y la cubierta de teja plana a dos aguas. El juego consiste en conseguir un resultado respetuoso con el entorno y al mismo tiempo actual. Para ello, se combina la masividad de la piedra de mampostería con la ligereza de las grandes superficies vidriadas y cerámicas.

La distribución interior se realiza a través de un gran corredor orientado al sol de poniente en el que se alternan grandes huecos abiertos al jardín semienterrado, y espacios de almacenamiento integrados en el cerramiento. A través de este corredor, los dormitorios pueden abrirse o protegerse del sol de la tarde por medio de cerramientos interiores textiles y de vidrio.

La relación ente el interior y el exterior se desdibuja mediante el empleo de porches y aleros que dilatan el espacio interior. Para dirigir el enfoque y enmarcar las vistas exteriores, se emplea un elegante gres porcelánico de tonos tostados que contrasta con la claridad introducida por las superficies acristaladas.

La zona de día, orientada a sur, recupera la escala de la cabaña, evidenciando la cubierta a dos aguas propia de estas construcciones.

En el sótano se organizan una serie de espacios lúdicos con un carácter más privado que buscan cerrarse al entorno y protegerse de la climatología. Esta atmósfera más densa se potencia con la apertura de un gran ventanal hacia la piscina que evidencia la sensación de estar enterrado o más bien “sumergido”.

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Villaverde de Pontones. Ribamontán al Monte. Cantabria

La casa Villaverde se ubica en un entorno rural junto al río Pontones, en el extremo de una pequeña urbanización a las afueras de Villaverde. A través de su escala, volumetría y materiales, la casa armoniza con el paisaje, sin caer en la imitación.

La vivienda se diseña siguiendo estrictos criterios de arquitectura pasiva con el objetivo de minimizar su consumo energético y huella ecológica. A través de toda una serie de estrategias bioclimáticas que incluyen el estudio de orientaciones, soleamiento, sistemas constructivos y fuentes de energía renovables, se consigue calentar la casa en invierno y refrescarla en verano con un consumo mínimo de energía externa.

La imagen desde la urbanización es sobria, hermética y rotunda. La vivienda se cierra a norte con una fachada aparentemente ciega en la que sólo destaca el gran cajón en voladizo en el que se encuentra el acceso. Esta aparente introversión se rompe mediante un juego de contraventas ocultas que permiten introducir luz y ventilación. En contraposición con esta imagen acre, la fachada sur es completamente permeable al paisaje para captar las vistas y la radiación solar.

En contraste con el negro exterior, los interiores están presididos por el blanco de suelos, paredes y armarios, logrando una atmósfera luminosa y sosegada que focaliza la visión hacia los montes limítrofes.

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Suesa. Ribamontán al Mar. Cantabria

La casa se asienta en un apacible entorno rural próximo a las playas de Somo y Loredo, en una pequeña parcela que linda con viviendas unifamiliares y construcciones ganaderas. El diseño de la casa se organiza mediante dos elegantes volúmenes minimalistas de madera a dos aguas que reinterpretan la arquitectura tradicional de la zona y favorecen su integración armoniosa en el entorno. La vivienda se distribuye en una única planta abierta al jardín manteniendo una escala acogedora y amable en contacto con la naturaleza. En el cuerpo principal, que se orienta hacia el sur y las vistas, se sitúan los usos de vivienda, mientras que en el cuerpo secundario situado en un segundo plano, se disponen los espacios de almacenamiento y garaje.

El espacio intermedio entre los dos volúmenes arquitectónicos alberga el vestíbulo de la casa, que se configura como un zaguán acristalado que abre hacia un acogedor patio de madera presidido por un olivo.  La sencillez volumétrica se enriquece mediante el tallado de grandes aperturas abstractas en la envolvente. Los grandes huecos de vidrio enmarcado en bandas de hormigón conectan la vivienda con el paisaje, mientras los huecos recubiertos de chapa negra microperforada ocultan las zonas que requieren mayor privacidad.

El revestimiento de madera termotratada confiere a la envolvente un carácter dinámico y cambiante, ya que la tonalidad de las tablas se va transformando con el paso del tiempo, adquiriendo una amplia variedad de tonos. Mediante este tratamiento, la madera queda inerte y libre de mantenimiento, lo cual hace que sea muy empleada en la arquitectura nórdica.

Hacia el sureste, la vivienda se asoma a las principales vistas a Peñacabarga mediante un ventanal que abre completamente la esquina desmaterializando el límite entre interior y exterior. La protección solar de los amplios ventanales se consigue a través de dos estrategias en función de su orientación: los ventanales orientados a sur se resguardan del sol de mediodía mediante un voladizo de hormigón longitudinal, mientras que los ventanales orientados a oeste quedan protegidos de la radiación de la tarde gracias a una pantalla vegetal de jazmines. Esta pantalla vegetal ofrece a su vez privacidad respecto a las construcciones colindantes e introduce un agradable aroma natural en el interior de la vivienda.

La zona de día integra salón, comedor, cocina y porche en un espacio continuo, lo que fomenta una relación directa y cercana entre los ocupantes, y de éstos con el jardín. El diseño interior es sencillo y minimalista, gracias a la reducción de elementos visibles y el uso de una paleta de materiales contenida. El mobiliario de salón y cocina se integra en el perímetro, quedando gran parte del almacenaje oculto tras los panelados. Las grandes superficies de vidrio y los tonos claros permiten que la casa se llene de luz natural y adquiera un carácter sereno y amable. Los techos altos dilatan el espacio y evidencian la cubierta a dos aguas, adquiriendo aquí un carácter moderno. El conjunto se enriquece mediante la incorporación de toques de madera natural en el mobiliario y a la presencia de la gran pieza monolítica de mármol que conforma la isla de la cocina.

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Somo. Ribamontán al Mar. Cantabria

La casa se encuentra en una urbanización a las afueras de Somo, en un entorno tranquilo rodeado de casas jardín pobladas de vegetación. La vivienda se implanta al nordeste de la parcela, en la cota más alta para captar las mejores vistas y disponer de espacio libre al suroeste para el disfrute del jardín y la piscina.

El diseño exterior de la casa destaca por el juego de volúmenes abstractos de gres porcelánico, que le confieren una estética contemporánea y elegante. Para suavizar la sobriedad del porcelánico y dar un punto de calidez a la arquitectura, se incorporan toques de piedra desconcertada asociados a las zonas estanciales.

Se utilizan distintas estrategias para relacionarse con las diferentes orientaciones: hacia el sur y el oeste, la vivienda se abre con grandes ventanales y porches que introducen la luz natural y establecen una conexión directa con el jardín.  Hacia el éste, la fachada se cierra para preservar la privacidad con respecto a la calle, mientras que hacia el norte la fachada es más tersa y se abren huecos en puntos específicos para permitir la entrada de una luz difusa y constante.

Los exteriores se diseñan con diferentes tratamientos de paisajismo en función de su ubicación que permiten enriquecer la experiencia: el recorrido de entrada se compone mediante unas losas de hormigón posadas sobre una cama de grava decorativa; los porches se realizan en hormigón pulido dilatando el espacio interior; las cubiertas vegetales se configuran como un jardín decorativo elevado; los taludes se cubren con plantas ornamentales de bajo mantenimiento.

El vestíbulo de entrada, en doble altura, se inunda de luz cenital difusa a través de la gran cristalera de la planta superior. La escalera en este espacio es ligera y transparente, facilitando el paso de la luz y creando visuales dentro de la casa. La cocina se configura como el espacio principal de la casa, situándose estratégicamente para ofrecer una panorámica de 180 grados del entorno.

Los espacios interiores se dividen mediante grandes puertas correderas de vidrio que permiten multiplicar las visuales interiores y aportan luz natural a los pasillos y recibidores. Además del diseño espacial, se ha prestado especial atención a la eficiencia energética a través de una serie de estrategias bioclimáticas activas y pasivas. Estas incluyen el diseño adaptado a la orientación, la captación solar en invierno mediante grandes cristaleras y la protección solar en verano mediante voladizos, la utilización de fachada ventilada con un sólido aislamiento, el uso de aerotermia con suelo radiante y la instalación de paneles solares y cubiertas vegetales.

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Pámanes. Liérganes. Cantabria

La casa se asienta a los pies de Peña Cabarga, en las inmediaciones del Palacio de Elsedo. Se trata de un entorno rural con una ligera pendiente hacia sur y un microclima benigno, gracias al resguardo que ofrece la montaña frente a los vientos atlánticos.

La casa se implanta en la parte alta de la parcela buscando las mejores vistas y dejando el máximo espacio de jardín a sur, al que vuelcan todas las estancias.

La composición exterior de la vivienda se resuelve mediante materiales que hacen referencia a dos lenguajes: por un lado, en contacto con el terreno se organiza un basamento pétreo de mampostería de tonos arena que dialoga y armoniza con las construcciones rurales del entorno. Por otro, volando sobre este basamento, se crea un volumen blanco y abstracto que enriquece el conjunto con un tratamiento más contemporáneo, heredero de la Arquitectura Moderna. El vuelo, ubicado sobre la zona de día, deja a resguardo una terraza que hace la función de porche.

La vivienda es permeable a sur, buscando captar el sol y las vistas y proponiendo una relación muy directa con el jardín. Hacia norte la fachada es hermética, salvo por dos huecos que se tallan de forma estratégica para introducir visuales del paisaje.

La zona de día se organiza en un único espacio salón-cocina-comedor para favorecer la máxima relación entre usos. Este espacio longitudinal se divide en ambientes mediante el empleo de mobiliario fijo y la posición central de la escalera.

La escalera gravita sobre la doble altura del comedor mediante un ligerísimo diseño que la hace casi invisible al mirar en dirección transversal. Su estructura atirantada, propia de la construcción de puentes, hace un guiño a la profesión del promotor.

En el eje éste-oeste se organiza un gran espacio de almacenamiento que queda integrado de forma invisible en la estancia con un tratamiento mediante paneles de madera lacados en blanco.

El dormitorio principal y la zona de día se sitúan en la planta alta para gozar de las mejores vistas. Ambos quedan unidos a través de una ventana longitudinal abierta en esquina. En los dormitorios de los niños se organiza un juego de altillos de madera que permite el máximo aprovechamiento de la zona de juego y estudio.

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Villaverde de Pontones. Ribamontán al Monte. Cantabria

La casa se ubica en la urbanización la Cabaña, en un entorno rural a las afueras de Villaverde. La vivienda se implanta en la zona norte de la parcela dejando el máximo espacio de jardín a sur, al que vuelcan las principales estancias.

La imagen exterior se compone de un juego de volúmenes a dos aguas que fragmentan la vivienda y se acomodan a distintas alturas del terreno. En el interior, estas tres alturas se articulan dando lugar a un rico engranaje de espacios interrelacionados a media altura.

La envolvente se resuelve en su totalidad con un ladrillo blanco que remarca las horizontales y crea una ligera vibración gracias a la utilización de distintos formatos superpuestos.

Las estancias principales se orientan a sur, protegiéndose de la radiación estival mediante porches y voladizos. El espacio en doble altura del salón queda completamente bañado de luz a través de grandes cristaleras que abren en tres direcciones: al jardín sur; al patio privado norte; y al cielo, a través de la pasarela de la planta alta. La conexión entre los tres niveles de la casa se realiza mediante una escalera escultórica que juega con la masividad del gres porcelánico de la planta baja y la ligereza del bambú de los revestimientos y panelados.

En la cocina-comedor se plantea una relación semipermeable con el salón a través de un gran panel corredero lacado en blanco que permite dotarla de privacidad o conectarla con éste.

La casa está diseñada con criterios de arquitectura pasiva (aislamiento reforzado, estudio de orientaciones, ventilación natural cruzada…) En la elección de materiales se ha atendido tanto a la estética como a la eficiencia energética y sostenibilidad. Un ejemplo de ello es el ladrillo ventilado de la fachada, que además de ofrecer una imagen singular, evita el exceso de radiación y el impacto directo del agua de lluvia.

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Villaverde de Pontones. Ribamontán al Monte. Cantabria

La casa se ubica en la parte alta de la urbanización la Cabaña, en un entorno rural a las afueras de Villaverde.

La casa se implanta en la zona más alta de la parcela buscando las mejores vistas y dejando el máximo espacio de jardín a sur, al que vuelcan todas las estancias.

La composición exterior de la vivienda se resuelve mediante dos rotundos volúmenes grises revestidos con una piel tersa y sobria de fibrocemento. El volumen principal, orientado a sur y de mayor escala, alberga todo el programa de vivienda, mientras que el volumen norte, más hermético y semienterrado, alberga el garaje. La conexión entre los dos cuerpos se realiza mediante una pasarela acristalada situada en el eje entre ambos, en la que se sitúa el acceso a la vivienda.

La frugalidad y contención del fibrocemento se enriquece mediante toques de madera natural que salpican la composición en esquinas y huecos de ventanas. El volumen de vivienda abre completamente a sur mediante un tratamiento acristalado que permite captar el sol y las vistas al paisaje.  

La zona de día se organiza en un único espacio salón-cocina-comedor para favorecer la máxima relación entre usos. Este espacio longitudinal se divide en ambientes mediante un mueble alto en el que se dispone una chimenea pasante que sirva tanto al salón, como al comedor.

Todos los dormitorios se sitúan en la planta alta para gozar de las mejores vistas al paisaje.  La subida a éstos se realiza a través de una ligera escalera de peldaños de madera volados que gravitan sobre un banco corrido que sirve a su vez de almacenamiento.

La vivienda está diseñada con criterios de arquitectura pasiva (aislamiento reforzado, estudio de orientaciones, ventilación natural cruzada…) y con una cuidada elección de los materiales siguiendo criterios de bioconstrucción (estructura de madera de plantaciones próximas, aislamiento en fibra de madera, tableros libres de folmaldehidos, tintes naturales para la madera, instalaciones sin PVC, Bioswitch eléctrico…)

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