Cóbreces. Alfoz de Lloredo. Cantabria
La vivienda surge a partir de la reforma de una antigua fábrica, manteniendo la esencia industrial de la nave original y transformándola en un espacio residencial de lujo. La intervención busca conservar la memoria del edificio preexistente mientras lo adapta a un nuevo uso, potenciando la gran escala de sus volúmenes y la estructura que lo definía.
El acceso se articula a través de un vestíbulo en doble altura que recibe al visitante con un imponente jardín vertical, generando desde el primer momento una atmósfera singular en la que naturaleza y arquitectura dialogan. Este espacio actúa como antesala de la vivienda, anticipando la amplitud y luminosidad que caracterizan al proyecto.
El interior se organiza en torno a grandes salones en doble altura, donde la visión de las vigas de hormigón y acero visto refuerza el carácter industrial del conjunto. Estos elementos estructurales se exhiben con orgullo, recordando la historia fabril de la construcción y aportando una estética contemporánea y sobria.
La disposición de los espacios favorece la comunicación entre usos: se trata de un proyecto abierto y diáfano, donde las transiciones son fluidas y la amplitud potencia la experiencia de habitar. Las celosías cerámicas introducen un recurso de ligereza y calidez, al tiempo que ocultan con sutileza los recorridos hacia las zonas privadas de dormitorios, preservando la intimidad sin romper la continuidad espacial.
Además, la incorporación de paños de madera en puntos estratégicos aporta calidez y equilibrio frente a la contundencia de los materiales industriales, creando contrastes que enriquecen la atmósfera interior. El suelo de hormigón pulido, con su acabado reflectante, no solo refuerza la estética industrial del conjunto, sino que también favorece el rebote de la luz natural, intensificando la luminosidad y potenciando la sensación de amplitud en todos los espacios.
Las grandes cristaleras juegan un papel protagonista. Hacia el exterior, enmarcan las vistas del paisaje circundante, inundando los interiores de luz natural. Hacia el interior, se abren a la espectacular piscina cubierta, situada en un porche en doble altura que difumina los límites entre dentro y fuera. Las puertas plegables permiten extender el espacio hacia el exterior, intensificando la relación con las áreas ajardinadas y con la piscina.
La escalera circular, ligera y abierta, se convierte en un hito escultórico que conecta las dos plantas, ofreciendo distintas perspectivas del conjunto en su ascenso. Este elemento, rodeado por la amplitud de los espacios, potencia la verticalidad y la fluidez visual de la vivienda.
En todo momento, la estructura original de la nave industrial se mantiene visible, como un telón de fondo que da coherencia al proyecto. Los materiales empleados —hormigón, acero, cerámica, madera y vidrio— dialogan entre sí para crear un ambiente contemporáneo y sofisticado, donde el lujo no se entiende desde la ostentación, sino desde la calidad espacial, la amplitud y la integración armónica de los elementos.
MOAH Arquitectos. Estudio de arquitectura e interiorismo