Güemes. Bareyo. Cantabria
La vivienda está ubicada en un entorno eminentemente rural, junto a una gran plantación de arándano rojo que proporciona un fresco y evocador aroma veraniego. La casa se implanta en la parte alta de la parcela para captar las mejores vistas y soleamiento.
El exterior se integra con el paisaje y las construcciones del lugar mediante el uso de una geometría sencilla y el empleo de soluciones de la arquitectura vernácula, como la fachada de piedra caliza y la cubierta de teja plana a dos aguas. El juego consiste en conseguir un resultado respetuoso con el entorno y al mismo tiempo actual. Para ello, se combina la masividad de la piedra de mampostería con la ligereza de las grandes superficies vidriadas y cerámicas.
La distribución interior se realiza a través de un gran corredor orientado al sol de poniente en el que se alternan grandes huecos abiertos al jardín semienterrado, y espacios de almacenamiento integrados en el cerramiento. A través de este corredor, los dormitorios pueden abrirse o protegerse del sol de la tarde por medio de cerramientos interiores textiles y de vidrio.
La relación ente el interior y el exterior se desdibuja mediante el empleo de porches y aleros que dilatan el espacio interior. Para dirigir el enfoque y enmarcar las vistas exteriores, se emplea un elegante gres porcelánico de tonos tostados que contrasta con la claridad introducida por las superficies acristaladas.
La zona de día, orientada a sur, recupera la escala de la cabaña, evidenciando la cubierta a dos aguas propia de estas construcciones.
En el sótano se organizan una serie de espacios lúdicos con un carácter más privado que buscan cerrarse al entorno y protegerse de la climatología. Esta atmósfera más densa se potencia con la apertura de un gran ventanal hacia la piscina que evidencia la sensación de estar enterrado o más bien “sumergido”.
MOAH Arquitectos. Estudio de arquitectura e interiorismo